miércoles, 27 de diciembre de 2017

Jorge Sierra, un personaje que la ficción no supera

Jorge Sierra en el mercado 7 calles
Vive en pleno centro de la ciudad, justamente donde quedaba la tradicional peluquería Sólo Él. Pasé a buscarlo antes del atardecer y lo encontré con ropa deportiva porque el ejercicio físico es parte de su día a día. Jorge Sierra es Gerente General de Boomerang Stream, pionero de ese sector en Santa Cruz, también se dedica a escribir y a la fotografía, además de ser productor audiovisual. Seguro te acordás de El Ascensor, película que él mismo produjo el 2008 y se estrenó el 2009... y así puedo seguir con una larga lista de producciones y ni hablar de sus proyectos. Conozco a Jorge porque fue mi compañero en varias materias en Diakonía, compartimos muchas tareas, producciones y sobre todo, buenos momentos.

Jorge dejó de lado los asaditos y frituras que en alguna esquina comía por algo mucho mejor. Me llevó al Siete Calles, y antes de llegar a la calle Vallegrande, me contaba que cuando era "pelau" se dedicaba al tae kwondo, tanto que llego a ser subcampeón internacional en unos juegos deportivos, y siempre consumía jugos energéticos, frutales y/o proteicos, y ahora que está renovándose quiso darle lo mejor a su cuerpo. Entre chicharrones y fruteras, no imaginás pillarte un puestito de jugos verdes y ahí donde pasaba desapercibido, un letrero y unos tocos nos invitaron a quedarnos. En la barra estaban las frutas y verduras que mezclaban y uno podía pedir la combinación que más gustaba u optar por el menú. La combinación elegida fue un refrescante jugo de piña con manzana verde, súper diurético y quema grasa. Entre el ruído de los micros y el pasar de la gente, se admiraba por la increíble variedad y cantidad de frutas que tiene Santa Cruz y cómo no aprovecharlas de la mejor manera posible además de tener un precio accesible al bolsillo. Me contaba que es un tío de primera, muchacherísimo, además de mantener una excelente relación con su hermana Gabriela. Habló de su padre a quien extraña muchísimo y contó que cuando era chico su mamá hacía unas bolitas tipo brigadeiro que hasta ahora no sabe de qué son. Le encantaban, ahora sólo le hace a las nietas. 





Jugo de piña con manzana verde
No hay comida fea para Jorge, tiene que estar en muy malas condiciones para que no la coma. Le gusta probar todo y paseando por la ciudad paramos en Lomitos de Hamacas en el 3er anillo externo de la Av. San Martín porque leyó que servían empanadas tucumanas y recordó que a su papá le gustaban. Entramos, nos atendieron muy bien, pedimos las empanadas y quedamos sorprendidos cuando las trajeron porque tenían un tamaño adaptado a lo camba, es decir, eran más grandes de lo normal en cuanto al formato de la tucumuna, eran como las empenadas de pollo que conocemos. Entre charla y charla, las empanadas le trajeron recuerdos de Argentina, pues vivió en Salta por mucho tiempo, me comentaba que comer pastas allá es algo de todos los días, ver en las tienditas de barrio pastas congeladas es muy normal. Recordó también algo que solía comer y que lo sigue haciendo cuando va de visita, la "patinesa" que es como un sandwich de milesa súper rico. Así que ya saben cuando vayan a Salta.



"Compré el boleto a mi interior, es un viaje pendiente que esquivé por años. A diferencia de la mayoría, sé muy bien lo que encontraré allí dentro, y eso es lo aterrador, o quizás lo emocionante. Miles de personajes, algunos tan hermosos que harían palidecer a los ángeles, otros tan siniestros que harían del infierno un lugar acogedor. Ya no puedo mantenerlos en silencio, necesitan gritar sus vidas etéreas, tanto como yo requiero dar sentido a mi existencia terrenal. Será un viaje peligroso, pero prometo traer este universo a mis libros y creaciones. Es imposible que salga ileso de allí, pero las heridas serán la tinta que me permita recomenzar, la que alimenten un génesis más sincero con mi propio ser"  

Texto: Jorge Sierra

Foto: Jorge Sierra