El buen gusto no es para siempre

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Tomando el té con mis abuelos me di cuenta que Hugo (mi abuelo) endulzó el suyo con dos cucharadas soperas colmadas de azúcar y recordé a mi bisabuela paterna que vivió hasta los 100 años y me pedía que endulce su té o café con más de 7 cucharas porque no le sentía el sabor. De la misma manera con lo salado, tenía que estar muuuuuy salado para encontrarle el gusto sino, no comía. Es por eso que pensamos que los viejitos son mañosos pero en realidad, van perdiendo los sentidos, se van quedando cieguitos, son más sorditos y así el sentido del olfato y del gusto se van perdiendo, a este último se llama ageusia, disgeusia o hipogeusia. Y anosmia para la pérdida del olfato.

Cuando somos bebés, lo primero que hace nuestra madre es darnos de su leche y a medida que fuimos creciendo nos metíamos más cosas a la boca y por eso nos llenábamos de infecciones estomacales en la infancia. 

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¡Qué importante es sentirle el sabor al mundo! Descubrir que ca

da cosa tiene un gusto distinto.

¿Te imaginás quedarte sin gusto? ¿No poder encontrarle sabor a las comidas?

Imaginá tu plato favorito hecho por tu mamá o tu papá, esperando por vos en la mesa bien puesta. De imaginarlo se te hace agua la boca. Gracias a nuestro sentido del gusto podemos disfrutar de las comidas y saborear una infinidad de sabores, desde el aperitivo hasta el postre. Y gracias al gusto, podemos a veces detectar algún problema, como un alimento en mal estado, evitando una indigestión, o algo peor. Gracias al sentido del gusto me di cuenta que estaba sufriendo una enfermedad gástrica porque todo lo que comía me sabía metálico.

Entonces te ponés a pensar sobre la manera en que comés, si realmente apreciás el sabor y la textura de lo que te estás metiendo a la boca, o sólo comer porque sí... los olores acompañan el sentido del gusto, y al oler algo rico ya tenés idea de cómo será el sabor.

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Las galletas de navidad serían igual de apetitosas que el aserrín. La textura del helado sería cremosa, se sentiría como grasa sobre la lengua y cualquier rastro de nuez moscada o vainilla estaría completamente ausente. Comer un pedazo de pavo asado sería el equivalente a mascar cartón corrugado. Disfrutar de una copa de vino sin apreciar sus matices u oler ese café caliente que tanto te gusta.

Así que apreciá los sabores de la vida, dulce, salado, amargo y umami (sabroso), disfrutá de cada ingrediente porque el uno con el otro hacen un fantástico plato.

Hacé a un lado los sin sabores y agregá tu propio ingrediente, que mientras se pueda la tenemos que disfrutar ;)

¡Salud y buen provecho!

P.D.: En una próxima publicación te contaré en detalle las enfermedades del sentido del gusto.

*Fotos de Internet. Autores desconocidos